Entré al departing room muy triste después de despedirme de Pree. En aquella sala solo quería poder salir y encontrarla de nuevo. En el avión estuve muy triste también, por dejarla e irme a mi país, pero tenía que partir. Pensé todo el viaje en ella y en la grandiosa aventura por tierras brasileras.
Cuando llegué a Lima le conté la historia de Pree y yo a mi familia, quienes estuvieron muy contentos con esta relación y todos querían conocer a Pree (que no se daría hasta diciembre de ese mismo año, cuando ella visitó Perú por primera vez).
De ahí empezamos nuestra LDR a través de internet, via gmail principalmente. También fue un pretexto para adquirir otras tecnologías que nos hicieran estar tal vez más cerca. Yo compré una cámara web y dos celulares, para enviar y recibir mensajes del extranjero.
No fue fácil, pero lo supimos llevar bien. Emails todos los días (o casi todos) y conversaciones por el gtalk a diario. Empezamos a compartir de manera distinta las cosas. Ya sabes cómo es, la relación cambia su dinámica cuando es por una pc que cuando es cara a cara. Fuimos descubriendo muchas cosas nuevas y esos primeros meses, a pesar de la distancia, seguiamos en un proceso continuo de conocimiento mutuo.
No fue fácil, pero lo supimos llevar bien. Emails todos los días (o casi todos) y conversaciones por el gtalk a diario. Empezamos a compartir de manera distinta las cosas. Ya sabes cómo es, la relación cambia su dinámica cuando es por una pc que cuando es cara a cara. Fuimos descubriendo muchas cosas nuevas y esos primeros meses, a pesar de la distancia, seguiamos en un proceso continuo de conocimiento mutuo.
Nos volvimos a ver 2 meses después en octubre, cuando volví por diez días a Brasil. Fue oportunidad para nuestro primer reencuentro, un abrazo feroz y muchos besos. Y cada vez que voy, siempre hay algo nuevo por descubrir, nuevas palabras, nuevos amigos, nuevos lugares. Chico, el gato de Pree en ese entonces, había crecido mucho, su casa tenía pequeños cambios, había implementado mejor su computadora, etc.
Hicimos un viaje genial a Chapada, con Jacque, Sergio, Fernanda y Fernando, en parejitas, como se dice. Ahí conocí por primera vez a Fernando y conocí mejor a Jacque, Sergio y Fernanda. A todos ellos ya los había visto la primera vez y serían a la larga mis mejores amigos en Brasil también. Hoy en día ya no veo mucho a Fernando, pero en ese viaje, Fernando me pasó la voz para salir y conocer la ciudad. Desde aquel entonces nos hicimos grandes amigos y yo quedé con una gran estima por él. Gente legal diríamos.
Asimismo, conocí mejor a los padres de Pree, Clarice y Sebastiao. Yo siempre muy tenso al lado de ellos, pero hoy en día es mucho mejor la comunicación, aunque sigue siendo escasa. Tiempo en el futuro Clarice se quedaría en mi casa por unos días. La pasamos genial con ellas aquí en Lima.
Volviendo al tema de Chapada dos Veadeiros, pues fue nuestro primer viaje juntos. Fuimos en carro, unas dos horas desde el centro de Brasil. Ahí probé unos tragos donde Waldemiro, donde también intenté tocar una corneta gigante; no pude.
En Chapada, habíamos alquilado una casa grande, muy bonita, rodeada de naturaleza y aire fresco, como para quedarse a vivir. Un lugar tranquilo, lleno de cachoeiras (cascadas) y ríos, pero con gran afluencia de personas los días festivos. Nos bañamos en las pequeñas lagunas formadas dentro de pozos hechos de piedra volcánica. Demasiado bueno para el calor de Brasilia. Por las noches disfrutábamos de unos tragos en los varios bares que hay por la zona. Dentro de algunas de esas muchas conversaciones que tuvimos entre cerveza y caipiroskas, aprendí a hacer el sonido del sexo con las manos... solo para estar seguro que puede sonar muy parecido, y esto es claro, un sexo desenfrenado jajaja.
En Chapada, habíamos alquilado una casa grande, muy bonita, rodeada de naturaleza y aire fresco, como para quedarse a vivir. Un lugar tranquilo, lleno de cachoeiras (cascadas) y ríos, pero con gran afluencia de personas los días festivos. Nos bañamos en las pequeñas lagunas formadas dentro de pozos hechos de piedra volcánica. Demasiado bueno para el calor de Brasilia. Por las noches disfrutábamos de unos tragos en los varios bares que hay por la zona. Dentro de algunas de esas muchas conversaciones que tuvimos entre cerveza y caipiroskas, aprendí a hacer el sonido del sexo con las manos... solo para estar seguro que puede sonar muy parecido, y esto es claro, un sexo desenfrenado jajaja.
El viaje fue corto, a Chapada y a Brasilia. Pree solía ir a Correio Brasiliense y yo quedaba en casa con Chico hasta las 7pm, donde tenía que salir a la estación de buses de Guará II y tomar el bus para su trabajo. Unos 40 minutos, que disfrutaba en el bus, generalmente vacío. De ahí íbamos para butecos, bares o casa de amigos de Pree.
Un día antes de irme, fuimos a una exposición de Escher y su mundo mágico, fue genial y di cuenta por primera vez, de como la cultura en Brasilia es tan difundida. Me gustó mucho eso. Tomamos muchas fotos en la exposición y todas las locuras de Escher. De ahí fuimos para Feira da Torre, para comprar algunos presentes para mis amigos y familia, quienes gustaron de los presentes.
Vimos muchas películas, fui por primera vez al cine en otro país, una gran experiencia. La despedida fue triste nuevamente, llorando de nuevo, pero teníamos la certeza de que Pree visitaría mi ciudad y mi casa por primera vez, entonces yo me iba ilusionado de que Pree conozca de donde vengo yo y toda mi cultura. Fuimos a Cusco, pero esa es historia para el siguiente post...
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